Pandemia en paz
Hoy es uno de esos domingos en que él se va, y yo recupero un ápice de mi antigua libertad.
Respiro.
El aroma a ciudad se me antoja macabro. Ya se puede salir y a mi poco me interesa en realidad. No hay nada que me guste más que este encierro solitario.
Hoy puedo dormir más, bañarme largo, tomarme una cerveza, sentarme a meditar. Sola. Me gusto sola... A veces con juguetes, pero me gusto sola. Me disfruto en este yo adolescente: como mal... soy productiva... vuelvo a dormitar... me toco, me masturbo, no pienso en nada ni en nadie más.
Estoy sola y lo logro disfrutar.
Cuando él regrese seré de nuevo una adulta, volveré a cocinar. Será otro espacio menos libre. El momento de jugar otro tipo de juegos, de jugar a otra libertad.
Me siento. Me repaso, la verdad, no quiero que nadie me vuelva a tocar.
Para un espíritu misántropo como el mío el encierro es un placer más. La soledad es ese tesoro que la maternidad me ha hecho quebrar.
Respiro, Respiro y me siento. Me toco. Me recojo... Y me vuelvo a tocar.
Bienaventurados los solitarios porque sólo ellos vivirán esta pandemia en paz.
Bogotá, noviembre de 2020.
Escrito originalmente para la serie "Pandemia de pajas" del artista Alfonso Venegas.